Cuando se trata de establecer y hacer seguimiento de objetivos utilizando el marco de Objetivos y Resultados Clave (OKR, por sus siglas en inglés), a menudo existe una idea equivocada común sobre cómo interpretar el estado de un objetivo. Muchos creen que el progreso del objetivo debe calcularse como un simple promedio del progreso de todos sus resultados clave. Sin embargo, este enfoque simplista puede llevar a conclusiones engañosas sobre la salud de sus objetivos.
Vamos a desmentir este mito y entender correctamente el estado de los OKR.
En el mundo de los OKR, existe un concepto predominante que busca crear espacio para la mejora personal y del equipo. Según este concepto, un OKR se define y mide de tal manera que una puntuación entre 0.8 y 1 (equivalente al 80% al 100%) se considera aprobada o lograda. Es importante tener en cuenta que el objetivo no es alcanzar estrictamente el 100%, sino que el 100% se debe ver como excepcional y poco común, fomentando el crecimiento y la innovación dentro de la organización. Por otro lado, un OKR con una puntuación por debajo de 0.5 (50%) se considera en riesgo o alerta, lo que indica la necesidad de una revisión exhaustiva y una posible replanificación.
Si bien este enfoque puede parecer razonable en principio, falla en la práctica cuando se trata de medir con precisión el progreso de los objetivos. Calcular el promedio del progreso de los resultados clave sin considerar sus pesos individuales y plazos puede llevar a evaluaciones engañosas. Este enfoque asume que todos los resultados clave contribuyen por igual al éxito del objetivo y que sus plazos tienen el mismo nivel de importancia. Sin embargo, en el dinámico entorno del mundo real, tal uniformidad es una rareza.
Cada resultado clave asociado a un objetivo tiene un peso único que refleja su importancia relativa en el logro del objetivo general. Algunos resultados clave pueden ser más críticos que otros, y su éxito puede tener un impacto más profundo en el éxito del objetivo.
Para calcular correctamente el progreso del objetivo, debemos tener en cuenta estos pesos. El progreso del objetivo debe reflejar la contribución ponderada de cada resultado clave, en lugar de depender de un simple promedio. Este enfoque proporciona una representación más precisa de cómo los resultados clave están impulsando colectivamente el objetivo.
Los resultados clave a menudo tienen plazos diferentes, lo que significa que pueden no progresar al mismo ritmo a lo largo del período de los OKR. Un resultado clave con un plazo más largo puede naturalmente mostrar un progreso más lento al principio, pero aún estar en camino de alcanzar su objetivo.
Para determinar con precisión el estado del objetivo, es imperativo considerar el tiempo proporcional que cada resultado clave requiere para completar su tarea. Esto significa que los resultados clave con plazos más largos deben tener la flexibilidad de avanzar más lentamente en las etapas iniciales de su ejecución.
En Tenolife, reconocemos la importancia de calcular con precisión el progreso del objetivo. Para lograrlo, utilizamos una fórmula que tiene en cuenta los pesos asignados a cada resultado clave y el tiempo proporcional requerido para su finalización.
La evaluación del estado del objetivo se basa en su progreso y el tiempo requerido proporcionalmente por cada resultado clave.
En el mundo de los OKR, es crucial reconocer que el progreso de un objetivo no es simplemente el promedio del progreso de sus resultados clave. En cambio, debe reflejar la contribución ponderada de cada resultado clave, teniendo en cuenta los diversos plazos asociados. Al adoptar este método más preciso, puede obtener una comprensión más clara del verdadero estado de sus objetivos y tomar decisiones informadas para mantener sus metas en el camino correcto.
No permita que las ideas equivocadas lo desvíen de su curso; interprete correctamente el estado de los OKR para obtener resultados superiores.